Tcheka pertenece a esa prolífica nueva generación de artistas de Cabo Verde que han sabido incorporar las formas tradicionales de la música caboverdiana (morna, coladeira y funaná) en un sonido fresco que, al mismo tiempo que se mantiene fiel a la tradición, es contemporáneo e innovador. Y la música de Tcheka, como señala la crítica, es una intersección de pop y tradición del Caribe, Brasil y África, folk, jazz, blues, literatura, antropología y cine. Un estilo que se resiste al etiquetaje. Posiblemente, una nueva visión de lo que significa ser criollo en la era de la globalización: un arte híbrido, con origen en una historia de esclavitud, colonialismo e independencia, pero sumido al mismo tiempo en una época, la presente, inevitablemente afectada por la capacidad de viajar, las nuevas vías para el conocimiento, el arte y el capitalismo, y por la imposibilidad de separar tecnología e imaginación humana.
Manuel Lopes Andrade, Tcheka, procede del puerto de Ribeira Barca, en Santiago, la isla más africana del archipiélago de Cabo Verde. Hijo de Nho Raul Andrade, un violinista famoso en los bailes y fiestas populares de la isla, ya en la adolescencia comenzó a desarrollar su estilo musical, basado originariamente en la batuca, uno de los instrumentos de percusión más conocidos de Santiago, en su deseo de ampliar y dar a conocer el atractivo de la música popular de su tierra, convertirlo en un sonido que todo el mundo pudiese amar.
Comenzaba su labor de modernización de la batuca, una nueva lectura que conservaba las estructuras tradicionales. Y ese fue el mensaje principal de su primer álbum en solitario -después de haber participado en diversos proyectos recopilatorios-, titulado Argui ("ponte en pie" en criollo). Era el año 2002 y se afirmaba su reputación como virtuoso y original intérprete de guitarra, y cantautor lleno de alma. En 2005 vino el concurso Radio France International "Découverte Musiques du Monde" en Dakar, Senegal, junto a grandes nombres de la música contemporánea africana actual. Ganó no sólo el primer premio, sino también la fama y el reconocimiento internacional.
Fue, sin embargo, el aclamado álbum Nu Monda (2005), el que lo lanzó al cielo de lo que se conoce como World Music: Tcheka estaba en boca de todo el mundo tanto en Cabo Verde como en el extranjero, empezando a ser considerado como líder indiscutible de la vanguardia de la música caboverdiana. Liderazgo que se confirma con Lonji (2007), un hermoso disco que cuenta con la producción de la estrella brasileña Lenine, donde incorpora elementos electrónicos y sonidos ambient junto con percusiones caboverdianas, afrobrasileñas y del oeste de África.
Su último trabajo Dor de Mar (2011) se mantiene fiel a las ricas cuerdas acústicas y a los ritmos afro-criollos, encajando unos textos poco convencionales con la voz más nítida y más firme que nunca. Producido por José Da Silva y con extraordinarios artistas como el bajista camerunés Guy N´Sangué y el acordeonista originario de Madagascar Régis Gizavo, Dor de Mar ("la tristeza del mar") está lleno de bellas melodías en las que los ritmos y las letras evocan emocionalmente su tierra natal, la dura realidad cotidiana de sus compatriotas y mujeres, la denuncia social y sus preocupaciones ambientales.
Y, por encima de todo, el vivo lirismo de la voz de Tcheka, una delicia de pura suavidad y vulnerabilidad. Un precioso disco que merece que se le preste a Tcheka la atención que siempre ha merecido.
01. Kriadu Assim
02. Pexera Porto
03. Antuneku
04. Tchoro Na Morte
05. Moça de Classe
06. Fla Mantenha
07. Madalena
08. Faka Na Prega
09. Forti Bu Dan Cu Stango
10. Dor de Mar
11. Storia Estrada
12. Primeru Djobi
Dor de Mar
Me gusta! buena musica. Intentaré conseguir más de este cantante. Gracias por difundir.
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